Reste [Privado]

por **Napoleón Bonaparte** Lun Mayo 07, 2012 4:20 pm

Pocas eran las veces que podías encontrarlo sentado sin hacer absolutamente nada, no era parte de él, siempre tenía que ocupar el tiempo en hacer algo.

Aun así se permitió luego de haber salido de una de las agotadoras clases sentarse por unos momentos en el césped, el viento mecía suavemente sus cabellos y el mantenía su vista en el cielo, admirando las nubes, pensando si alguna tendría alguna forma en particular.

Sonrió mientras que sentía el clima y lugar como muy agradables, se tiró sobre el césped poniendo sus brazos detrás de su cabeza como si fuesen alguna especie de almohada.

Sentía que incluso podía dormirse, ahí, el solo sin ningún ruido que lo perturbe, pero no lo haría, lo castigarían de ser así.

Sin embargo, no le dirían nada si sólo estaba recostado ¿Verdad?

Además no veía a alguien cerca.

Cerró los ojos por unos segundos, sintiéndose tentado a tomar una pequeña siesta pero ¡tenía que ganarle a la tentación!, negó, moviendo su cabeza de un lado a otro, poniéndose como meta a sí mismo no dormirse.

A pesar de que la situación…era realmente tentadora.

Necesitaba algo con qué distraerse.

por **Condesa Sangrienta** Mar Mayo 08, 2012 6:46 pm

La húngara no es que fuera floja, no para nada, solo que a finales del semestre y aproximándose la exposición de St. Kleio solía estresarse y ya se le habían terminado las ideas de que presentarles a sus superiores.
Así que decidió saltarse un rato de sus horas de estudio autoimpuestas para respirar aire fresco y ver si así de pura casualidad lograba pensar en algo.
Se puso a dar vueltas por los jardines de la escuela, pensando acerca de la vida de su original. Ya había presentado un número cantando-actuando "sweet sacrifice", había interpretado la muerte de su original, se había transformado a sí misma en una anciana...
¿Que podría hacer esta vez?

Y así pensando, llegó hasta donde vio a un chico alto, rubio y algo despeinado, dormir plácidamente. Napoleón Bonaparte.
Tenía ganas de darle un buen susto, así que se sentó a su lado y siguió razonando su problema.

por **Napoleón Bonaparte** Mar Mayo 08, 2012 7:18 pm

Para su desgracia y aunque no lo hubiese deseado ni premeditado se había dejado seducir por el sueño, por esa encantadora brisa, ese cálido sol y por supuesto ese acogedor césped, que en realidad no lo era para nada.

Pero Napoleón podía dormirse en donde sea.

Cerrar los ojos había sido una idea estúpida, es decir, ¿En serio? Eso era una invitación a dormirse como un bebé, él lo sabía, y aun con todo eso lo había hecho.

Vaya, hasta parecía que de verdad estaba cansado, no era de menos estaba hecho polvo por la exposición, como siempre, pero ese era su deber, dar lo mejor de sí para todos esos peces gordos.

Pero ese no era un momento para pensar en eso, porque realmente no estaba pensando en nada, sólo estaba sumido en esa placentera ‘siesta’.

Totalmente a merced de que alguien lo descubriese y terminara siendo castigado por dormir por ahí, aunque no iba ser la primera vez…ni la última, claro que no.

Se había dormido con los brazos como almohada, la cabeza un poco de costado y la respiración suave y acompasada.

por **Condesa Sangrienta** Sáb Mayo 12, 2012 5:21 pm

La chica se había acostado sobre su espalda, dejando que sus pensamientos fluyeran poco a poco, el método que usaba siempre para lograr encontrar alguna idea.
Primero comenzó a pensar que pasaría si la descubrían ahí, fuera de clase y sin estar estudiando algo mas (excusa que siempre usaba). Luego sobre lo que les había hecho a sus pobres compañeros aquella vez que la castigaron. Pasó por pensar en lo divertido que había sido asustar a Cervantes y terminó por cuestionarse acerca del chico junto al que estaba.

¿Porqué le daba por perseguir especialmente a Napoleón, que era bastante mas alto y fornido que ella?

Al mirar a su lado y responderse esa pregunta, notó que el "Pequeño Cabo" estaba ya despierto.

por **Napoleón Bonaparte** Dom Mayo 13, 2012 12:37 am

Se dio la vuelta, aun dormido, murmurando cosas sin sentido alguno, soñando alguna tontería como siempre.

De un momento a otro estiró su brazo, atrapando en un inusual y sorpresivo abrazo a la chica a su lado, volvió a murmurar algo sin sentido, estaba profundamente dormido, y tal vez pensaba que abrazaba a su almohada.

Quien sabe.

Aunque por el sol que le dio de lleno en el rostro tuvo que abrir los ojos, aunque no quisiese, los abrió lentamente, viendo borroso al principio,aunque al parpadear se dio cuenta de su posición.

Estaba abrazando a una chica, y ambos estaban en una posición comprometedora.

La soltó rápidamente, levantándose como si la chica quemase o algo, la miró para luego frotar sus ojos.

—Lo siento, me dormí sin darme cuenta.—Se disculpó mientras que se desperezaba, estirando sus brazos, ahora sentado en el césped.

—Lo siento, Erzebeth.—Volvió a disculparse mientras que se levantaba y estiraba su brazo para ayudar a la chica a levantarse también, un leve carmín cubrió sus mejillas.

por **Condesa Sangrienta** Dom Mayo 13, 2012 1:57 pm

Al sentir el brazo del chico se quedó sonrojada hasta las orejas. Peor aún, el modo en que habían quedado. Dado que nunca había estado tan cerca de nadie, se quedó petrificada en ese momento, apenas susurrando palabras incomprensibles en su lengua.
Cuando Napoleón despertó, recuperó un poco de su cordura, lo cual se notó en el modo en que cerró los ojos, con fuerza y apretando los dientes.
-N-no tienes porqué disculparte. Es culpa mía estar aquí, Bonaparte.
Inclinó la cabeza para que sus flequillos no le permitieran ver al general su intenso sonrojo, aunque aceptando su mano para levantarse.

por **Napoleón Bonaparte** Lun Mayo 14, 2012 7:49 pm

Se rascó la nuca, en un gesto nervioso, miró a la chica y cuando ya la hubo ayudado a levantarse, le sonrió.

—¿Qué haces por aquí? —Preguntó, mientras que ya la tenía en frente, se ahorró el preguntar qué hacía acostada a un lado de él, no quería ponerla en una situación incómoda, bueno en una aun más incómoda.

Mientras que esperaba que le contestase se dedicó a mirar las nubes ¿cuánto habría pasado desde que se durmió? siempre solía perder la noción del tiempo, pero el día no parecía haber cambiado en nada, así que le sumaba que habían pasado una simple media hora.

—Debería estar ensayando y mírame, estoy durmiendo siestas por ahí.—Mencionó de repente, para luego soltar una pequeña risa, no se arrepentía de nada, además de que ya sentía sus fuerzas recuperadas, y eso era muy bueno, le dió una mirada de reojo a la castaña.

No recordaba la última vez que había visto a Erzebeth, era bueno volverla a ver, la chica le caía bien, aunque bueno, él no era de la clase de persona que juzga con lo que ve a primera vista, le gusta analizar a la persona para dar un veredicto, aunque era consciente de que aunque se pasase siglos estudiando a alguien jamás lo terminaría de conocer.

por **Condesa Sangrienta** Miér Mayo 16, 2012 9:54 pm

-¿Q-qué hago por aquí?
La húngara realmente no sabía, salvo que no quería estar entre cuatro paredes mas rato o enloquecería... más.
-Supongo que buscar algo de aire fresco para inspirarme. Debe ser un problema general entre algunos de nosotros cuyos originales fueron gobernantes, no es muy lo nuestro la creatividad. Salvo Elizabeth, ella sí que la pasa bien diseñando su ropa para las presentaciones.
Se sacudió levemente el polvo y las hojas secas del uniforme y del cabello, sin atreverse a mirar al francés de frente, porque solo se pondría aún mas roja.
-Con todo y que no tengo ninguna idea ¿Quieres ayuda con tu presentación?

por **Napoleón Bonaparte** Lun Mayo 21, 2012 5:14 pm

Asintió ente las palabras de la chica, estando completamente de acuerdo, su original le exigía bastante esfuerzo, pero no se quejaba...demasiado. Movió su cabeza con una sonrisa, intentando despejar esos pensamientos, aun había tiempo después de todo, y la tarea era algo divertida, algo fuera de la rutina de siempre, algo que le mantuviese el tiempo ocupado.

Miró a la chica y agregó.

—Tienes razón, está bastante emocionada ante la idea, yo también tengo que ocuparme de la ropa pero no es un trabajo tan emocionante ni relevante en mi proyecto.—Porque lo menos que mirarían sería su ropa, su atención se basaría más en lo aprendido y en lo que gastaba tiempo entrenando.

Escuchó la pregunta de la chica y la miró alzando una ceja, no, no necesitaba ayuda es más ¡No quería saber nada de ello!, rascó su nuca y sonrió levemente.

—No, gracias, ya practique lo suficiente.—En ese momento decidió devolverle la pregunta, sólo por cortesía.

—¿Tú la necesitas?—No tendría problemas en ayudarla, después de todo estaba algo aburrido.

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