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De libros y psicología. [Priv Freud]
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De libros y psicología. [Priv Freud]
Se podía dudar mucho de la real "utilidad" de la creación de los clones en St Kleio, de su real capacidad de seguir los pasos de sus originales, o incluso si era una contribución a la historia o una aberración a esta; pero fuese lo que fuese, a Jung no podía dejar de parecerle digno de estudio en sí. El estar todos vivos de nuevo siempre le había parecido interesante, más allá de sus nociones utilitaristas. Para él mismo, eran la prueba más increíble de que la historia tendía a ser cíclica por ciertas ideas latentes tras de ella, algo que su original había podido ver en el simbolismo del tiempo cíclico de las sociedades tribales. ¿Que era realmente el progreso? ¿Por qué 'revivir' un montón de gente que , cierto, había sido grandiosa en su época, pero que ya no tenía nada que hacer en un mundo notoriamente más avanzado? ¿Era un sentimiento de añoranza a aquel tiempo pasado perdido? ¿El tópico de la edad de oro en su máxima expresión?
Ciertamente, si algo había heredado del original era su infinita inquietud respecto a encontrar respuestas, y con todos los años que habían pasado desde la muerte de su original, a veces se sentía abrumado por la cantidad de información que sentía que debía manejar. Para él no se trataba de alcanzar los estándares de su original o alcanzar cierto estátus dentro de la academia como muchos querían, se trataba de seguir un camino que el otro nunca había dejado de recorrer: la búsqueda de explicaciones.
Por ello, frecuentaba la biblioteca tanto como sus atareados horarios en la academia les permitían, siempre y cuando no se entretuviese en una conversación con algun otro clon de índole generalmente informativa. La academia era, de una forma casi graciosa, una biblioteca viva andante.
Hoy abordaba uno de los temas que siempre más le habían motivado: Arqueología, y con suerte podía verse su característico par de gafas, que resbalaban inevitablemente por su nariz, tras la montaña de libros que había elegido para hojear en busca de algo interesante.
Buscó alguna mesa desocupada algo alejada y medio oculta del resto, pues se distraía con demasiada facilidad. Depositó su pila de libros sobre esta, y se alzó las gafas antes de sentarse dispuesto a comenzar la lectura. Solo bastó un descuido, y sin intención alguna pasó a llevar la torre de libros provocando que dos de los que estaban en la cima cayesen estrepitósamente al suelo. Suspiró. Realmente, no parecía ser su día de suerte. Por que sí, Jung era inevitablemente supersticioso.
Ciertamente, si algo había heredado del original era su infinita inquietud respecto a encontrar respuestas, y con todos los años que habían pasado desde la muerte de su original, a veces se sentía abrumado por la cantidad de información que sentía que debía manejar. Para él no se trataba de alcanzar los estándares de su original o alcanzar cierto estátus dentro de la academia como muchos querían, se trataba de seguir un camino que el otro nunca había dejado de recorrer: la búsqueda de explicaciones.
Por ello, frecuentaba la biblioteca tanto como sus atareados horarios en la academia les permitían, siempre y cuando no se entretuviese en una conversación con algun otro clon de índole generalmente informativa. La academia era, de una forma casi graciosa, una biblioteca viva andante.
Hoy abordaba uno de los temas que siempre más le habían motivado: Arqueología, y con suerte podía verse su característico par de gafas, que resbalaban inevitablemente por su nariz, tras la montaña de libros que había elegido para hojear en busca de algo interesante.
Buscó alguna mesa desocupada algo alejada y medio oculta del resto, pues se distraía con demasiada facilidad. Depositó su pila de libros sobre esta, y se alzó las gafas antes de sentarse dispuesto a comenzar la lectura. Solo bastó un descuido, y sin intención alguna pasó a llevar la torre de libros provocando que dos de los que estaban en la cima cayesen estrepitósamente al suelo. Suspiró. Realmente, no parecía ser su día de suerte. Por que sí, Jung era inevitablemente supersticioso.
[u:Espero que pueda ser considerado privado, si no, tendrás que disculpar mi horroroso fetiche por postear en las bibliotecas (?)]
Carl Jung- Psiquiatra
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 12/05/2012
Re: De libros y psicología. [Priv Freud]
Estaba concentrado.
Se paseó entre los estantes, buscando libros de psicología, ¿para qué?
Pues, para analizar a fondo el conductismo, la corriente que dejó en el abandono y olvido al psicoanálisis y la que se puede considerar como su contraria en la línea temporal de aquella ciencia llamada "psicología". Una corriente demasiado efectiva como para ignorarla de primera.
Se agachó en busca de un volumen escrito por Watson o por alguno de sus aprendices o seguidores, pero en el momento en que estaba inclinándose escuchó un sonido sordo, a algún clon torpe (en su defecto un encargado) se le había resbalado algún libro, un libro muy pesado o varios de ellos.
Por curiosidad se asomó y se lo encontró.
No pudo evitar sonreír, ¡era él! ¡Su víctima preferida número uno!
El clon de su más grande seguidor, bueno, de su original, el clon que rechazó a su "padre" estaba en la biblioteca con él.
Jung se veía bastante pequeño con tantos problemas.
Se alteraba con tanta facilidad que le causaba risa y simpatía, era como su marca personal. Con mucha rapidez dejó su búsqueda y se dirigió al otro, recogió los libros caídos y se los alcanzó. No fuera a ser que otro ser con un sentido de la ética mayor lo ayudase antes de que Freud lo hiciera.
- Al parecer, se te cayeron -repuso. ¿Quién no se daría cuenta de que se le había caído a ese pobre chico con una pila encima?
Esperó que se quejase de esa bien intencionada ayuda.
Es decir, no estaba haciendo nada sexual. ¿O sí? A menos que los libros fuesen extraños aparatos para estimular los genitales... ¡No! ¿Qué estaba pensando? Eran mucho más efectivas otras cosas.
Se quedó totalmente tranquilo mientras pensaba en esas cosas, sin ni siquiera un ligero cambio en su semblante, estaba acostumbrado a pensar en esas perversiones, incluso en los fetiches sexuales más asquerosos que existían.
- ¿Necesitas ayuda? - preguntó al cabo de unos segundos.
Se paseó entre los estantes, buscando libros de psicología, ¿para qué?
Pues, para analizar a fondo el conductismo, la corriente que dejó en el abandono y olvido al psicoanálisis y la que se puede considerar como su contraria en la línea temporal de aquella ciencia llamada "psicología". Una corriente demasiado efectiva como para ignorarla de primera.
Se agachó en busca de un volumen escrito por Watson o por alguno de sus aprendices o seguidores, pero en el momento en que estaba inclinándose escuchó un sonido sordo, a algún clon torpe (en su defecto un encargado) se le había resbalado algún libro, un libro muy pesado o varios de ellos.
Por curiosidad se asomó y se lo encontró.
No pudo evitar sonreír, ¡era él! ¡Su víctima preferida número uno!
El clon de su más grande seguidor, bueno, de su original, el clon que rechazó a su "padre" estaba en la biblioteca con él.
Jung se veía bastante pequeño con tantos problemas.
Se alteraba con tanta facilidad que le causaba risa y simpatía, era como su marca personal. Con mucha rapidez dejó su búsqueda y se dirigió al otro, recogió los libros caídos y se los alcanzó. No fuera a ser que otro ser con un sentido de la ética mayor lo ayudase antes de que Freud lo hiciera.
- Al parecer, se te cayeron -repuso. ¿Quién no se daría cuenta de que se le había caído a ese pobre chico con una pila encima?
Esperó que se quejase de esa bien intencionada ayuda.
Es decir, no estaba haciendo nada sexual. ¿O sí? A menos que los libros fuesen extraños aparatos para estimular los genitales... ¡No! ¿Qué estaba pensando? Eran mucho más efectivas otras cosas.
Se quedó totalmente tranquilo mientras pensaba en esas cosas, sin ni siquiera un ligero cambio en su semblante, estaba acostumbrado a pensar en esas perversiones, incluso en los fetiches sexuales más asquerosos que existían.
- ¿Necesitas ayuda? - preguntó al cabo de unos segundos.
- Spoiler:
- Entiendo tu fetiche, una vez encontré en mi escuela un libro de poemas que decía: "X y Y tuvieron sexo en la biblioteca", fue demasiado guay.
Sigmund Freud- Mensajes : 66
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Aficiones:: Psicoanalizar a quien se deje
Re: De libros y psicología. [Priv Freud]
Miró algo paranóicamente a su alrededor, esperando no haber llamado mucho la atención con el notorio ruido, antes de asegurar la torre de libros que no se había caído; lo que menos quería era volver a cometer otro acto de torpeza y botar el resto. Sólo bastaron estos segundos que le tomó comenzar a recoger los libros caídos, para que alguien más se acercase y le ganase en la tarea de recoger estos. Una buenaventurada y servicial alma deambulante de la biblioteca probablemente.
Es lo que habría pensado de no encontrarse inmediatamente con la figura agraciada y altanera del mayor. El clon indudablemente brillante, pero terriblemente exhasperante de Sigmund Freud. Para él siempre sería un misterio como su original habría logrado establecer una amistad de tantos años con el original de Freud, cuando para él establecer una conversación normal y civilizada con el clon era tan terriblemente difícil. Que no le malinterpretasen, no es que tuviese algo en contra de él, eso habría sido muy emocional y reduccionista, y realmente lo admiraba aunque no compartiese muchas de sus ideas; sólo había algo en su personalidad que le irritaba sin control.
Freud era todo menos servicial, y el sencillo hecho de que estuviese ayudándole y no riéndose le parecía sospechoso, por lo que solo atinó a asentir ante sus evidentes palabras por un momento, algo perdido ante las intenciones del otro. Realmente sospechoso.
"Ah sí. Gracias, la gravedad juega malas pasadas..." Cortó apenas una respuesta más arisca sobre lo inusual que le parecía que le ayudase, pero no caería tan fácil en el juego del rubio; cada día estaba más seguro de que el otro disfrutaba sacándole de sus casillas. Extraño. Tomó los libros que el mayor le alcanzaba evitando cualquier contacto y los dejó con cuidado en la torre de libros. El silencio que se hizo un momento entre ambos solo contribuía a ponerle más paranoide, y ante la siguiente pregunta alzó una ceja.
"¿Ayuda?" ¿A qué se refería? Dirigió una mirada a sus libros y luego volvió la vista al austríaco." No te molestes, dudo que sea algo de tu interés. De seguro venías a hacer algo a la biblioteca, no te preocupes por mí y prosigue en tus tareas" afirmó finalmente; si no hubiese conocido las normalmente malintencionadas propuestas que yacían detrás de las más inofensivas palabras del otro se habría sentido mal consigo mismo por su frialdad. Pero era Freud. A otro perro con ese hueso, Jung no era psiquiatra por nada.
Es lo que habría pensado de no encontrarse inmediatamente con la figura agraciada y altanera del mayor. El clon indudablemente brillante, pero terriblemente exhasperante de Sigmund Freud. Para él siempre sería un misterio como su original habría logrado establecer una amistad de tantos años con el original de Freud, cuando para él establecer una conversación normal y civilizada con el clon era tan terriblemente difícil. Que no le malinterpretasen, no es que tuviese algo en contra de él, eso habría sido muy emocional y reduccionista, y realmente lo admiraba aunque no compartiese muchas de sus ideas; sólo había algo en su personalidad que le irritaba sin control.
Freud era todo menos servicial, y el sencillo hecho de que estuviese ayudándole y no riéndose le parecía sospechoso, por lo que solo atinó a asentir ante sus evidentes palabras por un momento, algo perdido ante las intenciones del otro. Realmente sospechoso.
"Ah sí. Gracias, la gravedad juega malas pasadas..." Cortó apenas una respuesta más arisca sobre lo inusual que le parecía que le ayudase, pero no caería tan fácil en el juego del rubio; cada día estaba más seguro de que el otro disfrutaba sacándole de sus casillas. Extraño. Tomó los libros que el mayor le alcanzaba evitando cualquier contacto y los dejó con cuidado en la torre de libros. El silencio que se hizo un momento entre ambos solo contribuía a ponerle más paranoide, y ante la siguiente pregunta alzó una ceja.
"¿Ayuda?" ¿A qué se refería? Dirigió una mirada a sus libros y luego volvió la vista al austríaco." No te molestes, dudo que sea algo de tu interés. De seguro venías a hacer algo a la biblioteca, no te preocupes por mí y prosigue en tus tareas" afirmó finalmente; si no hubiese conocido las normalmente malintencionadas propuestas que yacían detrás de las más inofensivas palabras del otro se habría sentido mal consigo mismo por su frialdad. Pero era Freud. A otro perro con ese hueso, Jung no era psiquiatra por nada.
Carl Jung- Psiquiatra
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Fecha de inscripción : 12/05/2012
Re: De libros y psicología. [Priv Freud]
- Gravedad, sí - apoyó al otro. No encontraba con qué rebatir eso, no era su campo. Y tampoco era como si le interesara entenderlo, para eso estaban los clones aburridos, para estudiar Física y Química. A Sigmund le parecía que era mucho más maravillosa la mente humana y todo lo que ésta acarreaba.
- Ah, ¿eso crees? -preguntó de forma retórica, de verdad que venía a hacer algo, pero ese "algo" podía cambiar con demasiada facilidad, tanta que parecía que no planeaba las cosas con anticipación-. Me interesa cualquier cosa que hagas tú.
No dejó de mirarlo en ningún instante.
Las personas conscientes (y también las que no lo estaban) eran dignas de interrumpir con sus tareas diarias.
Ya quería verlo completamente nervioso intentando decir toda una oración y sin poder juntar ni dos palabras. Era, como decía esa extraña mujer, "comiquísimo". Volteó a ver el sitio en donde, instantes atrás, había estado, parecía como si nunca hubiera estado allí. Regresó la mirada a su interlocutor.
- ¿Es que ya nadie puede venir a la biblioteca si un fin en concreto? -cuestionó mientras posaba la mirada en sus ojos y luego en la pila de libros que cargaba. Tal vez debía esperar a que dejase tanto peso en alguna mesa y así podría jugar con él a gusto.
- Voy a ayudarte a hacer los deberes - aseguró. Sabía de antemano que lo que hacía Jung no eran deberes, pero de alguna manera debía entrometerse en sus asuntos. Quizás estaba siendo excesivamente servicial. Quizás debía intentar decir otra cosa. ¿Pero qué le decía?
- Yo haré las partes "éticamente incorrectas" y las que son "extremadamente perversas" para que te sientas mejor - le sonrió de lado -, ¿eso te parece bien?
Trató de poner cara de inocencia.
No era para nada inocente, no de la forma en la que debería ser para ofrecer su ayuda a cualquier sujeto en el camino. Se quedó allí, parado, de ser necesario comenzaría a probar unos conceptos muy interesantes que había leído la semana pasada en un libro que estaba, precisamente, en el estante de antes.
- Ah, ¿eso crees? -preguntó de forma retórica, de verdad que venía a hacer algo, pero ese "algo" podía cambiar con demasiada facilidad, tanta que parecía que no planeaba las cosas con anticipación-. Me interesa cualquier cosa que hagas tú.
No dejó de mirarlo en ningún instante.
Las personas conscientes (y también las que no lo estaban) eran dignas de interrumpir con sus tareas diarias.
Ya quería verlo completamente nervioso intentando decir toda una oración y sin poder juntar ni dos palabras. Era, como decía esa extraña mujer, "comiquísimo". Volteó a ver el sitio en donde, instantes atrás, había estado, parecía como si nunca hubiera estado allí. Regresó la mirada a su interlocutor.
- ¿Es que ya nadie puede venir a la biblioteca si un fin en concreto? -cuestionó mientras posaba la mirada en sus ojos y luego en la pila de libros que cargaba. Tal vez debía esperar a que dejase tanto peso en alguna mesa y así podría jugar con él a gusto.
- Voy a ayudarte a hacer los deberes - aseguró. Sabía de antemano que lo que hacía Jung no eran deberes, pero de alguna manera debía entrometerse en sus asuntos. Quizás estaba siendo excesivamente servicial. Quizás debía intentar decir otra cosa. ¿Pero qué le decía?
- Yo haré las partes "éticamente incorrectas" y las que son "extremadamente perversas" para que te sientas mejor - le sonrió de lado -, ¿eso te parece bien?
Trató de poner cara de inocencia.
No era para nada inocente, no de la forma en la que debería ser para ofrecer su ayuda a cualquier sujeto en el camino. Se quedó allí, parado, de ser necesario comenzaría a probar unos conceptos muy interesantes que había leído la semana pasada en un libro que estaba, precisamente, en el estante de antes.
Sigmund Freud- Mensajes : 66
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Re: De libros y psicología. [Priv Freud]
La mirada del otro no le dejaba en ningún momento y , aunque intentaba ignorarla, le ponía nervioso.Se cruzó de brazos con expresión de molestia y respondió a su siguiente pregunta. "Eres demasiado pragmático para algo asi. "respondió."Siempre has preferido la práctica por sobre la teoría, no me convence" Estaba dispuesto a guardar la calma, solo ignorarle para que eventualmente se aburriese y se largase a buscar otra víctima para sus curiosos experimentos, sin embargo su siguiente afirmación (¡Por que ni siquiera fue una pregunta!) le dejó atónito.
"¡¿Q-Qué?!" Retrocedió un par de pasos casi espantado. ¿Que clase de bicho le habría picado al otro? O el aburrimiento era demasiado grande o finalmente se había vuelto loco. "No son deberes, Freud, y no necesito ayuda." Dijo comenzando a notarse en su voz la exhasperación. Inevitablemente comenzaba a perder la paciencia. Mas la gota que colmó el vaso fueron las siguientes palabras del mayor. ¡¿Por qué todo siempre se reducía a lo mismo cuando se trataba de Freud?!
"¡¡N-No hay partes éticamente incorrectas!!" Exclamó solo bajando el tono de su voz recordando el lugar donde estaban , mas su exhasperación era la misma, aun cuando no estuviese prácticamente gritando."¿Hasta cuando vas a perseguirme con eso? ¡Sabes....Sabes que no tengo ningún problema con esas.... c-cosas! "o eso decía, nunca entendería por que el tema le ponía tan incómodo cuando estaba seguro que el Jung original había visto casos similares a los de Freud sin alterarse en lo más mínimo. Incluso podía sentir los indicios de un molesto sonrojo sobre su rostro "¡Es sólo que no las pongo al centro de mi atención como tu!" Realmente estaba harto de que le tacharan de pervertido como al otro cuando evidentemente no lo era; la cara de inocencia con que el otro le miraba era la mayor hipocresía de la historia, ¡Quien sabe que asquerosidades pasarían por su mente! . Respiró profundamente antes de negar con la cabeza. "Además solo es arqueología, de verdad no habrá nada de tu interés ni partes éticamente incorrectas en un montón de objetos viejos" por supuesto que la Arqueología era más que eso, pero parecía la mejor forma de librarse del mayor. Lástima que la suerte efectivamente no estaba del lado del pobre Jung hoy, en cuanto además de los libros de Arqueología había olvidado que había sacado un par de libros de Antropología, entre los cuales se encontraba, en todo su esplendor sobre el resto, uno de los polémicos libros de Margaret Mead*. Si Freud no había tenido razón alguna para sus palabras, ahora la tenía.
"¡¿Q-Qué?!" Retrocedió un par de pasos casi espantado. ¿Que clase de bicho le habría picado al otro? O el aburrimiento era demasiado grande o finalmente se había vuelto loco. "No son deberes, Freud, y no necesito ayuda." Dijo comenzando a notarse en su voz la exhasperación. Inevitablemente comenzaba a perder la paciencia. Mas la gota que colmó el vaso fueron las siguientes palabras del mayor. ¡¿Por qué todo siempre se reducía a lo mismo cuando se trataba de Freud?!
"¡¡N-No hay partes éticamente incorrectas!!" Exclamó solo bajando el tono de su voz recordando el lugar donde estaban , mas su exhasperación era la misma, aun cuando no estuviese prácticamente gritando."¿Hasta cuando vas a perseguirme con eso? ¡Sabes....Sabes que no tengo ningún problema con esas.... c-cosas! "o eso decía, nunca entendería por que el tema le ponía tan incómodo cuando estaba seguro que el Jung original había visto casos similares a los de Freud sin alterarse en lo más mínimo. Incluso podía sentir los indicios de un molesto sonrojo sobre su rostro "¡Es sólo que no las pongo al centro de mi atención como tu!" Realmente estaba harto de que le tacharan de pervertido como al otro cuando evidentemente no lo era; la cara de inocencia con que el otro le miraba era la mayor hipocresía de la historia, ¡Quien sabe que asquerosidades pasarían por su mente! . Respiró profundamente antes de negar con la cabeza. "Además solo es arqueología, de verdad no habrá nada de tu interés ni partes éticamente incorrectas en un montón de objetos viejos" por supuesto que la Arqueología era más que eso, pero parecía la mejor forma de librarse del mayor. Lástima que la suerte efectivamente no estaba del lado del pobre Jung hoy, en cuanto además de los libros de Arqueología había olvidado que había sacado un par de libros de Antropología, entre los cuales se encontraba, en todo su esplendor sobre el resto, uno de los polémicos libros de Margaret Mead*. Si Freud no había tenido razón alguna para sus palabras, ahora la tenía.
- Spoiler:
- [u: *Margaret Mead es una antropóloga norteamericana que se hizo famosa por sus estudios en sexualidad adolescente durante los 30s-40s, siendo el más famoso "Adolescencia, sexo y cultura en Samoa" que es probablemente el que Jung tiene aqui(?).Se decia que Mead era 'demasiado cercana' a sus objetos de estudio, cough cough. Su relación con otra antropóloga (Ruth Benedict) es uno de los grandes fetiches del cotilleo Antropológico hasta hoy (?)]
Carl Jung- Psiquiatra
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Re: De libros y psicología. [Priv Freud]
Sí, como lo había predicho, Carl se había puesto demasiado nervioso como para hablar con tranquilidad, ¡sólo había sugerido cosas!
Estaba manteniendo la distancia y parecía asustado, quizás había exagerado con sus comentarios, pero eran muy honestos, él pretendía ayudar, no quería hacerle nada malo, sólo algunas cosas pervertidas.
La víctima había dado en el blanco, a Sigmund le gustaba más la práctica que la teoría.
Lo miró con superioridad.
Se estaba justificando demasiado como para no tener problemas con esas "cosas", ¿cuál era la vergüenza? Eran jóvenes completamente sanos y felices, era normal pensar en esas cosas y tener curiosidad por ellas también.
- ¿De verdad? -¿no quería ayuda? Ladeó la cabeza para demostrar que no estaba convencido con sus argumentos. No ponerle demasiada atención es lo mismo que querer ignorarlas-. A mí me parece que esas "cosas" son necesarias en muchos aspectos, a la gente le gusta pasarlas de largo.
El tema carente de sexualidad llamó aún más su atención.
- ¿Y qué hace un psicoanalista como tú analizando objetos viejos? -lo cuestionó, no había gran lógica, ¿qué clase de psicólogo que se respete revisa vasijas y jeroglíficos cuando puede estar revisando la morfología neuronal de humanos ancestrales?
Se llevó la mano al mentón.
- ¡Ya sé! -declara-, encontraste esas esculturas de penes que solían hacer los hindúes, creo que les ponían colores dependiendo del significado, ¿estás investigándolos entonces?
Observó cada expresión del otro, esperando una afirmación.
- No seas tímido -instó. Trató de echarle un vistazo rápido a los libros que traía. Eran demasiados como para que todos fueses de arqueología, debía traer de otros temas.
Además, no hay demasiados arqueólogos famosos.
Estaba manteniendo la distancia y parecía asustado, quizás había exagerado con sus comentarios, pero eran muy honestos, él pretendía ayudar, no quería hacerle nada malo, sólo algunas cosas pervertidas.
La víctima había dado en el blanco, a Sigmund le gustaba más la práctica que la teoría.
Lo miró con superioridad.
Se estaba justificando demasiado como para no tener problemas con esas "cosas", ¿cuál era la vergüenza? Eran jóvenes completamente sanos y felices, era normal pensar en esas cosas y tener curiosidad por ellas también.
- ¿De verdad? -¿no quería ayuda? Ladeó la cabeza para demostrar que no estaba convencido con sus argumentos. No ponerle demasiada atención es lo mismo que querer ignorarlas-. A mí me parece que esas "cosas" son necesarias en muchos aspectos, a la gente le gusta pasarlas de largo.
El tema carente de sexualidad llamó aún más su atención.
- ¿Y qué hace un psicoanalista como tú analizando objetos viejos? -lo cuestionó, no había gran lógica, ¿qué clase de psicólogo que se respete revisa vasijas y jeroglíficos cuando puede estar revisando la morfología neuronal de humanos ancestrales?
Se llevó la mano al mentón.
- ¡Ya sé! -declara-, encontraste esas esculturas de penes que solían hacer los hindúes, creo que les ponían colores dependiendo del significado, ¿estás investigándolos entonces?
Observó cada expresión del otro, esperando una afirmación.
- No seas tímido -instó. Trató de echarle un vistazo rápido a los libros que traía. Eran demasiados como para que todos fueses de arqueología, debía traer de otros temas.
Además, no hay demasiados arqueólogos famosos.
Sigmund Freud- Mensajes : 66
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Re: De libros y psicología. [Priv Freud]
Asintió confirmando sus anteriores palabras. No necesitaba la ayuda del mayor; aun cuando muchas veces había querido pensar que podrían tener una cooperación positiva, y las charlas con él eran interesantes, la productividad de sus discusiones siempre respecto al mismo tema terminaba por resultar cuestionable. Ignoró su mirada de superioridad, ya estaba acostumbrado a la actitud del otro y le resbalaba como agua en aceite "Por supuesto que son necesarias, eso no lo niego, pero no creo que deban ser el centro de todo. Tal vez la gente si las pasa de largo y es un problema ,pero la... 'dedicación' que les das es demasiada, Freud. L-La sexualidad es solo un elemento más, no es necesario tanto interés" No es que no fuera un joven normal, podía hasta justificarse en cierta timidez, pero le hartaba la obsesión del austríaco con el asunto. ¿Qué conseguía sacando el tema siempre?
Sus siguientes palabras casi le hicieron llevarse una mano a la cabeza de frustración. Pero bueno, Freud nunca lo entendía."Los objetos no me interesan en lo más mínimo, es su relación con las personas lo importante. Los objetos encontados pueden hablar mucho de la psicología de los pueblos que los utilizaron , hay estudios arqueológicos bastante actuales que presentan cosas muy interesantes sobre costumbres incluso de sociedades actuales" Sus siguientes palabras definitivamente terminaron por hacerle explotar.
"¡H-Hasta cuando sigues con lo mismo!" Lo peor de todo es que Freud, probablemente sin siquiera meditarlo y solo diciéndolo para molestarle, tenía en cierto modo razón. No específicamente con los hindúes, pero con la sexualidad en la cultura material en general: Había visto más de una cosa puramente sexual a través de los libros en los registros arqueológicos y eran ciertamente interesantes. El sonrojo se acrecentó y se alzó las gafas por instinto nuevamente "¡No estoy investigándolos en particular! ¡Y no soy tímido! Eres imposible Freud, no se por qué pierdo mi tiempo contigo... Basta de rodeos, ¿Qué es lo que quieres?" Casi inconscientemente, más que por que tuviese muchas cosas que ocultar se puso entre sus libros y el otro, intentando impedirle el acceso a estos.
Sus siguientes palabras casi le hicieron llevarse una mano a la cabeza de frustración. Pero bueno, Freud nunca lo entendía."Los objetos no me interesan en lo más mínimo, es su relación con las personas lo importante. Los objetos encontados pueden hablar mucho de la psicología de los pueblos que los utilizaron , hay estudios arqueológicos bastante actuales que presentan cosas muy interesantes sobre costumbres incluso de sociedades actuales" Sus siguientes palabras definitivamente terminaron por hacerle explotar.
"¡H-Hasta cuando sigues con lo mismo!" Lo peor de todo es que Freud, probablemente sin siquiera meditarlo y solo diciéndolo para molestarle, tenía en cierto modo razón. No específicamente con los hindúes, pero con la sexualidad en la cultura material en general: Había visto más de una cosa puramente sexual a través de los libros en los registros arqueológicos y eran ciertamente interesantes. El sonrojo se acrecentó y se alzó las gafas por instinto nuevamente "¡No estoy investigándolos en particular! ¡Y no soy tímido! Eres imposible Freud, no se por qué pierdo mi tiempo contigo... Basta de rodeos, ¿Qué es lo que quieres?" Casi inconscientemente, más que por que tuviese muchas cosas que ocultar se puso entre sus libros y el otro, intentando impedirle el acceso a estos.
Carl Jung- Psiquiatra
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 12/05/2012
Re: De libros y psicología. [Priv Freud]
Menudo suizo, se notaba a leguas que no quería admitir la gran importancia que tenía la sexualidad en casi todos los aspectos de la vida. Escuchó su excusa y sus razones para estar estudiando esas cosas tan aburridas. Sonaba bastante convincente e incluso hacia que la aburrida actividad de investigar vestigios fuese una más para comprender el inconsciente de los individuos.
- Si no me intereso yo, al parecer, nadie lo hará -repuso con desinterés. Jung podía interesarse en esos temas, pero Freud sabía que le costaría aceptarlo y por tanto tardaría más en sus teorías y experimentos que él.
Apenas y levantó una ceja.
- Jung, vamos -comenzó a hablar con un tono de voz pretencioso, más de lo usual-, negar que eres tímido no te va a quitar la timidez. En cuanto a tu pregunta, ya te lo dije, quiero ayudarte, aunque no sean deberes, imagino que puedo serte de ayuda de alguna manera.
Hizo una sonrisa.
Se quedó con los labios curvados, mirándolo, retándolo con la mirada a que le dijese lo que realmente quería decirle. El otro se posicionó de manera defensiva para con sus libros y ahora éstos obtenían más importancia que la de hace momentos atrás. ¡Cómo deseaba hojearlos un rato!
Había leído de todo, ¿qué cosa podrían tener escritos unos de Arqueología?
Se acercó más a él para hacerlo retroceder o para que se sintiese vulnerable y usara los libros como escudo entre los dos.
- ¿Por qué tanto secretismo? -cuestionó mientras componía una cara de tristeza que no era totalmente fingida -, ¿hay algo entre los libros que no quieres que yo vea? ¿Acaso es una carta de amor? ¿O es que los libros que traes no son de lo que me has estado diciendo?
- Si no me intereso yo, al parecer, nadie lo hará -repuso con desinterés. Jung podía interesarse en esos temas, pero Freud sabía que le costaría aceptarlo y por tanto tardaría más en sus teorías y experimentos que él.
Apenas y levantó una ceja.
- Jung, vamos -comenzó a hablar con un tono de voz pretencioso, más de lo usual-, negar que eres tímido no te va a quitar la timidez. En cuanto a tu pregunta, ya te lo dije, quiero ayudarte, aunque no sean deberes, imagino que puedo serte de ayuda de alguna manera.
Hizo una sonrisa.
Se quedó con los labios curvados, mirándolo, retándolo con la mirada a que le dijese lo que realmente quería decirle. El otro se posicionó de manera defensiva para con sus libros y ahora éstos obtenían más importancia que la de hace momentos atrás. ¡Cómo deseaba hojearlos un rato!
Había leído de todo, ¿qué cosa podrían tener escritos unos de Arqueología?
Se acercó más a él para hacerlo retroceder o para que se sintiese vulnerable y usara los libros como escudo entre los dos.
- ¿Por qué tanto secretismo? -cuestionó mientras componía una cara de tristeza que no era totalmente fingida -, ¿hay algo entre los libros que no quieres que yo vea? ¿Acaso es una carta de amor? ¿O es que los libros que traes no son de lo que me has estado diciendo?
Sigmund Freud- Mensajes : 66
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Re: De libros y psicología. [Priv Freud]
"No digo que no te intereses por ellos, está bien que lo hagas, sobre todo siguiendo la línea de tu original... ¡Pero es demasiado!" Dijo por última vez. Sabía que era una batalla perdida. ¿Cuantas veces habrían discutido lo mismo? Freud no cambiaría y el tampoco, asi que solo era dar vueltas en círculos. Tampoco sabía por que insistía en probarle al otro algo de lo que el mismo estaba seguro , pero antes de siquiera pensarlo, siempre volvían a lo mismo.
El tono de voz que el otro estaba empleando era realmente molesto, pero solo negó con la cabeza. Debía respirar, contar hasta 100... "No soy tímido, Freud. Pero si para no ser tímido tengo que ser como tú, entonces prefiero la timidez" respondió cansinamente. "No necesito ayuda, sólo vas a estar burlándote y dificultando mi trabajo" fue todo lo que dijo, y es que no podía imaginarse al austríaco realmente interesado en los libros que había elegido. ¡Que terrible suerte! De todos los momentos justo el otro tenía que estar ahi y coincidir con él en éste.
Ante su avance retrocedió un par de pasos instintivamente para mantener la distancia entre ambos.¿Pretendía intimidarle? Se dio cuenta de sus propias acciones y se sintió realmente estúpido. ¡Los libros no tenían nada! Sólo había sido un impulso y ahora el otro estaba más interesado. Realmente , hoy no era su día. Se avergonzó un poco ante sus suposiciones, mas nada realmente significativo; no tenía nada que esconder después de todo.
Consideró su rostro de tristeza como una terrible actuación. "No hay cartas de amor, no seas infantil. No tengo nada que esconder,si quieres mirar , adelante." Se hizo a un lado cruzándose de brazos, restándole importancia al asunto. Por un momento, solo un fugaz momento, se preguntó como sería si el otro realmente mostrase interés y pudiesen cooperar en estos temas, pero el pensamiento fue efímero; aquello era sencillamente, imposible, y en cierto modo , era realmente frustrante.
El tono de voz que el otro estaba empleando era realmente molesto, pero solo negó con la cabeza. Debía respirar, contar hasta 100... "No soy tímido, Freud. Pero si para no ser tímido tengo que ser como tú, entonces prefiero la timidez" respondió cansinamente. "No necesito ayuda, sólo vas a estar burlándote y dificultando mi trabajo" fue todo lo que dijo, y es que no podía imaginarse al austríaco realmente interesado en los libros que había elegido. ¡Que terrible suerte! De todos los momentos justo el otro tenía que estar ahi y coincidir con él en éste.
Ante su avance retrocedió un par de pasos instintivamente para mantener la distancia entre ambos.¿Pretendía intimidarle? Se dio cuenta de sus propias acciones y se sintió realmente estúpido. ¡Los libros no tenían nada! Sólo había sido un impulso y ahora el otro estaba más interesado. Realmente , hoy no era su día. Se avergonzó un poco ante sus suposiciones, mas nada realmente significativo; no tenía nada que esconder después de todo.
Consideró su rostro de tristeza como una terrible actuación. "No hay cartas de amor, no seas infantil. No tengo nada que esconder,si quieres mirar , adelante." Se hizo a un lado cruzándose de brazos, restándole importancia al asunto. Por un momento, solo un fugaz momento, se preguntó como sería si el otro realmente mostrase interés y pudiesen cooperar en estos temas, pero el pensamiento fue efímero; aquello era sencillamente, imposible, y en cierto modo , era realmente frustrante.
- Spoiler:
- u: disculpa por el retraso; las Universidades son unas cosas muy malvadas...
Carl Jung- Psiquiatra
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 12/05/2012
Re: De libros y psicología. [Priv Freud]
¿Lo seguía? No, no lo hacía, trataba de seguir a su original, pero no demasiado. Sino se quedaría exactamente en el mismo punto que él y lo que quería era renovar el psicoanálisis e implementar otros conceptos a sus teorías.
- Ahora que me dejas mirar ya no tiene gracia -confesó desanimado. Le gustaba jugar, no, más bien, le gustaba molestar y no tenía chiste si recibía las cosas en bandeja de plata. Jung había cedido después de un tiempo, lapso que podía inferirse como un juicio interno entre dejar ver los libros o no, si le dejaba ver los libros era porque no tenía algo comprometedor o porque esperaba que no los viera al final.
De todas formas, no quería molestarlo con unos tontos libros, no era su estilo.
Hizo que su postura intimidatoria cambiase a una de tranquilidad. No tenía chiste ni gracia. No los tenía.
- Jung, ¿de verdad crees que voy a molestarte tanto como para que termines odiándome? -preguntó con una sonrisa-. Sólo te me haces muy divertido, eres como un amigo para mí, quizás como mi hermanito menor.
Sonrió con sinceridad.
- Si quieres me voy y te dejo en paz por unos dos días, más no aguanto, tengo que verte -dijo con tono dramático, llevándose una mano al pecho.
Freud sabía que con esas mentiras y actuaciones no convencía a nadie, de hecho, dejaba en shock a la mayoría, pero al menos daba resultados. Era malísimo para la actuación.
Dio una vistazo rápido a la biblioteca, los demás no les ponían mucha atención, ponían su concentración en los libros que leían o que buscaban. Si el otro había dicho que no había cartas de amor... ¡eso significaba que no tenía pareja! ¡Eso era terriblemente malo!
- Carl - lo llamó- ¿Eso significa que aún no tienes novia?
- Ahora que me dejas mirar ya no tiene gracia -confesó desanimado. Le gustaba jugar, no, más bien, le gustaba molestar y no tenía chiste si recibía las cosas en bandeja de plata. Jung había cedido después de un tiempo, lapso que podía inferirse como un juicio interno entre dejar ver los libros o no, si le dejaba ver los libros era porque no tenía algo comprometedor o porque esperaba que no los viera al final.
De todas formas, no quería molestarlo con unos tontos libros, no era su estilo.
Hizo que su postura intimidatoria cambiase a una de tranquilidad. No tenía chiste ni gracia. No los tenía.
- Jung, ¿de verdad crees que voy a molestarte tanto como para que termines odiándome? -preguntó con una sonrisa-. Sólo te me haces muy divertido, eres como un amigo para mí, quizás como mi hermanito menor.
Sonrió con sinceridad.
- Si quieres me voy y te dejo en paz por unos dos días, más no aguanto, tengo que verte -dijo con tono dramático, llevándose una mano al pecho.
Freud sabía que con esas mentiras y actuaciones no convencía a nadie, de hecho, dejaba en shock a la mayoría, pero al menos daba resultados. Era malísimo para la actuación.
Dio una vistazo rápido a la biblioteca, los demás no les ponían mucha atención, ponían su concentración en los libros que leían o que buscaban. Si el otro había dicho que no había cartas de amor... ¡eso significaba que no tenía pareja! ¡Eso era terriblemente malo!
- Carl - lo llamó- ¿Eso significa que aún no tienes novia?
- Spoiler:
- No te preocupes. Estoy igual.
Sigmund Freud- Mensajes : 66
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