En las Afueras [Napoleón]

por Shiro Kamiya Lun Mayo 14, 2012 8:52 am

Su condición física era mala. ¡Era muy mala!

Si no fuera por eso le hubiese podido ganar a Mozart en esgrima, bueno, quizás necesitaría entrenamiento constante para ganarle, ¿cómo era que el clon de un música fuese tan atlético?
En el gimnasio habrían muchos estudiantes, en especial, mujeres que preferían no exponerse a la luz solar, por eso mismo había escogido las canchas, correr mientras intenta esquivar pelotas puede resultar un buen ejercicio, mucho mejor que sólo correr en círculos por todo el campus.

Estaba vestido con la ropa para hacer deporte, una camisa ligera, unos pantalones cortos, ¡perfecto!

- ¡Bien~! - gritó para darse ánimos mientras daba un pequeño salto. Podía comenzar. ¿Dónde habían quedado sus amigos?

Cuando Shiro hacía ejercicio prefería hacerlo en compañía, no se sentía tan tonto. Si tan sólo Hitler estuviese allí, mirando solamente. Eso le daría apoyo moral.
Buscó a algún ser vivo aparte de las plantas y los guardias, que no veía pero, que estaban ocultos en las fronteras de todo el instituto.

¿Y qué pasaba con Napoleón? Él siempre lo acompañaba, de hecho, le había prometido durante el almuerzo que lo acompañaría, puso cara de fastidio momentáneo, ¿debía esperarlo?
A lo lejos vio una silueta y se le formó una sonrisa. ¡Era él! ¡Al fin llegaba!

- ¡Napoleón! -juntó las manos a su boca para que el sonido no se escapara y llegase al objetivo -. ¡Rápido! ¡Llegas muy tarde!

por **Napoleón Bonaparte** Lun Mayo 14, 2012 5:50 pm

Iba caminando por los pasillos de la escuela, perdido en su propio mundo personal, sin nada que lo perturbe, ignorando el hecho de que Shiro había 'desaparecido', sí, no lo encontraba por ningún lado.

Soltó un suspiro entre resignado y cansado de tanto buscar y ¿ahora, con qué se podría distraer? echó una mirada rápida a las canchas, y vio un punto lejos, al cual bautizó como Shiro, soltó una pequeña risa al verlo correr y es que era consciente de que este era realmente malo en los deportes.

No era tan bueno como él.

Y no podía evitar que se le subiese el ego, sólo en pensamiento, no podría decirle a Shiro que es un completo inútil en esa área y además él estaba ahí para ayudarlo ¿No era después de todo su amigo?

Comenzó a correr hacía las canchas, esquivando a los otros estudiantes y profesores, a pesar de que sabía que recibiría una reprimenda del menor por haber llegado tarde seguía manteniendo una sonrisa en sus facciones, cuando llegó esperó que el menor se diese cuenta de su presencia, Napoleón sólo se cruzó de brazos, mirándolo con una sonrisa divertida.

—¡Ya lo sé!—Gritó, mientras que comenzaba a correr en su dirección, cuando estuvo cerca lo abrazó por los hombros, sin borrar esa sonrisa entre burlona y divertida.

—Perdón por haber tardado, Shiro.—Se ahorraría eso de que se le había olvidado.

por Shiro Kamiya Miér Mayo 16, 2012 6:26 pm

Lo vio acercarse y después se sintió demasiado apachurrado, casi no podía respirar.

- ¡Napoleón! -exclamó buscando un poco de aire para seguir viviendo y no morir de la forma más tierna posible: un abrazo de un amigo. Tierna a ojos de otras personas sería patética, pero no quería que nadie más se enterase de su embarazosa situación- ¡Basta! ¡Basta!

Una vez que se sintió libre de nuevo procedió a hablar de su plan.

- Ah, no te preocupes, estas cosas suelen pasar - incluso él llegaba tarde a momentos muy importantes como ceremonias o clases, era un rasgo muy común de cualquiera, ¿no?

Lo mira y ladea la cabeza.

- ¿No se te olvidó algo? -inquiere. Está vestido con el uniforme normal de la escuela, piensa no tomarlo demasiado en cuenta, pero se suponía que ya lo habían acordado y con algo de anticipación, ¿por qué no lleva ropa de deporte?

Observa su cara de duda, parece que sí se le olvidó.

Lo mira un poco feo. Sólo hace falta mirarlo de esa forma para que el francés recuerde hasta lo que comió en el desayuno la semana pasada.

por **Napoleón Bonaparte** Jue Mayo 17, 2012 8:00 am

—¿Uhm~?—Se limitó a pronunciar mientras que apretaba más su agarre, ignorando como el otro lo sufría.

Pero no pudo seguir ignorándolo porque ya le había dicho que lo estaba, prácticamente, ahogando.

Rápidamente rompió el abrazo, mirándolo con una sonrisa nerviosa.

—Lo siento Shiro, a veces no mido mi fuerza...—Se intentó justificar mientras que le echaba una mirada de cuerpo completo, sí, ¿Cómo no iba a casi matarlo con ese cuerpo tan pequeño? se reprochó mentalmente por ello.

Ignoró el tema y lo dió por terminado cuando su interlocutor volvió a dirigirle la palabra.

—Sí, es que...—Una excusa rápida... ¡Mierda! no se le ocurría nada...— Me encontré con un amigo y nos pusimos a conversar.

Oh Napoleón qué buena excusa. Se alagó a si mismo, ignorando, como siempre, el hecho de que el otro seguramente no le creería nada.

Soltó una risa nerviosa al ver que ya no podría ocultar que se había olvidado completamente de ello...

—¡Está bien! ¡Lo admito! me olvidé por completo.—Agachó la mirada por unos momento al observar la expresión que le dirigía Shiro,no sólo no le cumplía si no que además le mentía, tenía toda la razón para reprocharle o algo.

No podía negar que era un poco despistado.

—Pero... Espérame ¿Sí?—Y se fue..., así sin decir más, comenzó a correr yendo a los vestuarios a cambiarse rápidamente de ropa.

Volvió otra vez corriendo, fresco como una lechuga luego de la larga carrera.

—Bien~ ¿Empezamos?—Preguntó dándole una 'suave' palmada en la espalda, animándolo.

por Shiro Kamiya Jue Mayo 17, 2012 1:09 pm

¿A veces? No sólo a veces. ¡Muchas veces!
Esperaba que alguien se lo dijera, él no iba a hacerlo.

Lo apunto con el dedo.

- ¡Lo sabía! - dijo con orgullo, a Shiro nadie puede mentirle, al menos no demasiado, sólo cuando está despistado. Y en esos momentos estaba muy concentrado e interesado. Lo vio correr y suspiró.

Por eso era un buen amigo, arreglaba las cosas de inmediato. Lo esperó lo suficiente como para no desesperarse y con alivio volvió a respirar en cuanto lo vio regresar corriendo.

- Sí, ahora sí podemos comenzar - declaró en total confianza, se quedó unos segundos en silencio, mirando las canchas. Había escuchado por ahí que jugar fútbol y baloncesto eran ejercicios muy buenos con resultados más rápidos, pero no, iba a correr, ya lo había decidido-. Bueno, ¿cuántas vueltas por los alrededores crees que sean las indicadas?

¿Cuántas aguantaría?
¡Qué mal se sentía a lado del francés! No, error, se sentía así con casi todo el mundo y con todo el mundo se refería a los de esgrima y a los que tenían más resistencia que él. ¡Podría jurar que hasta Pandora era mejor que él en los deportes!

Eh, no, se estaba poniendo paranoico.
Respiró profundo para escuchar a Napoleón.

No sólo quería mejorar físicamente...
Había una buena razón para todo, pero el chico la ignoraba por completo.
Se estiró levemente para comenzar de verdad.

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