Into the night [Privado/Lovecraft]

Eran pasadas de las dos de la mañana, y aun se encontraba estudiando para el examen de filosofía, que sería aplicado a la tercera clase. Sabía que no debía estar estudiando a esas horas, lo sabía, pero aquella tarde y resto del día se la había pasado DURMIENDO, si durmiendo y asi se la había ido el tiempo de las manos.
No era posible, había olvidado estudiar por dormir, joder. Él nunca había hecho algo así pero aquella tarde estaba realmente cansado, pero de igual forma, ya estaba a punto de terminar, solo le faltaba repasar lo más difícil que vendría en el examen. Comenzó a buscar entres sus útiles pero no encontró aquella libreta. Se extrañó bastante, ya que ese día, antes de que terminaran las clases había estado escribiendo en ella.

Comenzó a buscar por toda habitación la dichosa libra, sin mucho éxito. Tras revolver todas sus cosas y volver a buscar sin existo concluyo que debió haberla dejado en el salón de clases. Bufo molesto, no le agradaba tener que ir al edificio continuo, donde se encontraban las aulas, y que, para colmo, estuviese cerrado o lo atrapara un profesor deambulando a esas horas de la noche; no de otra, quería repasar aquello, además, esa libreta era importante para él y no le agradaba para nada que sus cosas anden por ahí rodando y al alcance de cualquiera. Asi que salió de su cuarto se dirigio al edificio de las aulas.

Atravesó unos cuantos pasillos y llego a un pequeño corredor que comunica cuatro clases. Su clase era la última. Cuando se acercó a la clase escucho pequeños ruidos algo que le extraño ¿Quién podía estar ahí a esas horas? Se aproximó cautelosamente y abrió ligeramente la puerta para averiguar quién era el causante de esos ruidos.
Pero tan solo podía distinguir una sobra, maldecía en sus adentros la oscuridad del aula y su visión recortada que no le permitía identificar a aquella sombra. Quién era? ¿Qué buscaba? Y la pregunta más importante ¿Por qué en su pupitre?
Trago un poco de saliva, aquella cosas fuera lo que fuera no podía ser peor que Cthulhu o las pesadillas que lo atormentaban todas las noches. Se armó de valor y entro al aula encendiendo rápidamente la luz-¿Qué buscas en mi pupitre? - pregunto en un tono gélido y nada amigable.

Lo estúpidos retos de los alumnos de grados inferiores, claro que conocía esa estupideces, siempre trataban de lo mismo, buscar, recolectar o ponerte un prueba de valor. Pff, nunca les había encontrado el sentido a esos juegos y agradecía que sus compañeros tuvieran la inteligencia de no haber hecho retos, y conocía perfectamente la razón de eso, era el temor que sus compañeros tenían hacia él, diciendo que era “la cabra montesa”, “la bestia” o simplemente especular en que su original y él también habían hecho un pacto demoniaco.
Idiotas, si eso eran sus compañeros…etiquetar a alguien tan solo por ama lo que da temor, eso no lo hacía ser alguien demoniaco.

Miro de reojo a la joven que yacía en el piso, un momento ella era…Hipa…algo, no recordaba su nombre pero sabía que estab…no, asistía al mismo club que él, y tan solo la recordaba por sus debates con los otros compañeros, debates que no escuchaba…pero igual, un ser pensante como ella haciendo caso de sus compañero, vaya eso si era el fin de los filósofos.

-No te interesa- respondió, caminado a paso lento hacia su pupitre, alzo la tapa de este y…no estaba, su amado cuaderno de notas no estaba. Desesperación, paranoia, caos…¿Dónde carajos estaba su libreta?, sabía perfectamente que nadie de su curso se atrevía a hacerle una broma, no lo había hecho en los tres grados anteriores ¿Por qué hacerlo ahora?, era estúpido y sabía que el miedo que le profesaban podía más que las ganas de humillarlo o hacerle una jugarreta…un momento, la única persona que podría tener su cuaderno era…
Resoplo hastiado, cerro su pupitre y se dirigió a la chica –¿Qué buscabas?- se inclinó hacia ella extendiéndole la mano para que esta pudiera levantarse. Tenía que conseguir su cuaderno y lo haría de la forma educada y buena, si la chica no quería entonces la obligaría.

-Espera- le tomo delicadamente de la muñeca -Se donde esta la pulsera, y también la que escondieron en el grado de quinto- confeso, sin apartar su mirada de la joven -Y te diré la ubicación de estas, siempre y cuando tu me devuelvas lo que has tomado de mi pupitre- sabia que acusar a alguien sin pruebas era bastante cruel, pero era la única que esta en la escena y de la cual podía sospechar en ese momento.

En ese instante y para suerte de la chica se escucho una voz proveniente de los pasillos -Hay alguien ahí-

Un pequeño temor lo invadió al escuchar aquella voz extraña y al parecer era de un maestro, algo que realmente temía era a los estúpidos castigos que podría recibir de los maestro de la escuela, sin pensarlo dos veces apretó un poco la muñeca de la joven dama y con paso veloz se dirigió al frente del aula, abrió una puerta, que al parecer era la del el cuarto de limpieza, cada salón tenia uno, y eran bastante pequeño con trabajo podían caber dos personas. Con cierta dificultad cerro la puerta y cubrio con una de sus manos la boca de la chica -No hagas ruido o nos castigaran- musito en un tono suave, esperando que el profesor o la persona que estuviera a fuera se retirara lo mas pronto posible.